jueves, 29 de octubre de 2009

El monologo de la lluvia


Llovío como nunca

Por Juan Carlos Loría

•Pasado por agua Costa Rica solamente jugó veinte minutos y el partido se repondría el jueves en horas de la mañana. Esta situación pasa a la historia por ser la primera vez que se suspende un compromiso en un mundial de fútbol.

Primer Acto

Costa Rica enfrentaba a Turquía en su segundo encuentro en el Mundial infantil de Nigeria 2009. Comenzó el encuentro con un retraso de una hora y media debido a la lluvia torrencial que caía sobre la ciudad de Eunugu en el país Africano.

La grama del Estadio Nnamdi Azikiwe, sede de los encuentros entre Burkina Faso y Nueva Zelanda, además de Costa Rica contra Turquía, presentaba un gran defecto en su media cancha, donde los drenajes que debían haber funcionado perfectamente, se saturaron dando paso a la elevación e inundación de la misma, lo que hacía imposible la práctica del fútbol.

Culminado el partido entre las selecciones de África y Oceanía, se dio pasó al enfrentamiento entre Costa Rica y los europeos. Juan Diego Quesada mandó al campo a sus once muchachos para enfrentar a los teutones con un orden táctico, que a la postre sería su virtud durante los pocos minutos de juego que se realizó.

Segundo Acto

La lluvia se hacía presente nuevamente en Eunugu y el encuentro latentemente peligraba cada vez más, un pozo por aquí, un pozo por allá. Mientras el balón rodara el encuentro continuaría. Turquía atacaba con poca peligrosidad y Costa Rica tan solo realizó un remate a marco por parte de Cambell, el cuál tuvo un poco de peligro, pero nada de que sobresaltarse.

El balón rodaba sobre el extremo derecho, cuando de repente, sí, ya no rodó más. El partido se suspendió al minuto veinte de la primera, con poca acción, poca emoción y con muy poco sobre que contar, más que Costa Rica pasa nuevamente a la historia por estar en el primer partido suspendido en un Copa Mundial.

Tercer Acto

La lluvia había cesado a la media hora de haberse suspendido el encuentro, los jugadores de ambas escuadras volvieron al pasto artificial para realizar los movimientos de precalentamiento nuevamente. De repente el cielo se volvió a romper y el agua bajó insistentemente y con tanta potencia como la primera vez. Esta vez ya era imposible.

Cayó un río desde las nubes, en la parte baja del estadio una laguna, la grama una cordillera. En una pésima organización por parte de la FIFA. La gramilla supuestamente aprobada por la Federación de Internacional de Fútbol Asociado, presentaba fallas imperdonables para un evento masivo seguido en todo el mundo.

El árbitro Ruso mantuvo a Costa Rica expectante durante dos horas más, que sí, que no, no se sabía nada. Cada diez minutos se atrasaba la reanudación del partido veinte minutos más. La espera llegó a su fin a las tres y treinta hora de Costa Rica, cuando el referí decidió suspender totalmente el partido. Una decisión comprensible ya que en una piscina es difícil jugar fútbol.

Hasta las grandes instituciones mundiales fallan alguna vez, en la historia la FIFA se ha difícilmente equivocado, pero en esta oportunidad no previó una situación como en la que Costa Rica estuvo involucrada en esta ocasión, manteniendo a los “ticos” en la incertidumbre de que pasará con sus seleccionados sub17.

¿Gran Final?

Costa Rica jugará el día jueves a partir de las nueve de la mañana de este país centroamericano. Los “ticos” tendrán que esperar otro día más para ver a sus promesas infantiles enfrentar nuevamente a un equipo de Europa. Por lo tanto para los aficionados de la Selección Nacional, esta historia continuará.

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